Lucas Fox presenta una de las casas más famosas del mundo, la Casa del Acantilado, también llamada Casa Dragón por su arquitectura espectacular y su techo que recuerdan la piel de un dragón. La villa se encuentra en la urbanización El Pargo, en Salobreña, en la Costa Tropical de Granada. La casa de 250m2 cuenta con un diseño de los arquitectos Jaime Bartolomé y Pablo Gil, que representó un desafío arquitectónico único. Está construida en una empinada parcela de 725m2 con una inclinación de 42 grados y cuenta con vistas espectaculares al Mediterráneo. Los propietarios tenian una idea concreta para ese proyecto : ver o tener la sensación de estar en el mar desde cualquier parte de la casa y disfrutar del magnífico clima de la zona durante todo el año. asi como celebrar eventos con amigos, sin renunciar a la privacidad. Se distribuye en dos plantas : Gracias a su estructura en doble carcasa curvada de hormigón armado y su tecnica de construccion con muros de contención separados de casi 15 metros entre si, la planta baja disfruta de un enorme espacio abierto y diáfano sin columnas interiores, que se distribuye como en islas con un salón de estar, una cocina abierta y equipada, una zona TV, por supuesto acceso a la terraza voladiza con piscina infinity, donde la sensación de estar encima del mar espectacular. Esa planta puede configurarse incluso como un auditorio o un espacio para eventos con hasta 70 personas. Tiene también un cuarto de ducha completo y una zona de lavanderia y armarios empotrados. En la segunda planta, encontramos los 3 dormitorios, el primero es una gran suite con su baño propio, armarios empotrados y un balcon-terraza donde podra disfrutar de vistas impresionantes al Mediterraneo. Los dos siguientes dormitorios también tienen su balcón-terraza y comparten un cuarto de ducha. El proyecto, optó por una arquitectura artesanal, utilizando métodos tradicionales en lugar de sistemas industriales, dando empleo a trabajadores locales y potenciando el oficio artesanal. Los elementos complejos, como el encofrado metálico del techo y los azulejos de zinc hechos a mano, se fabricaron localmente con técnicas tradicionales. El mobiliario interior también se diseñó digitalmente, pero se fabricó a mano in situ, una mezcla de tecnología y destreza artesanal que dio flexibilidad al equipo. En cuanto a su eficiencia energética, la casa aprovecha la temperatura constante del suelo, alrededor de 19,5ºC, por lo que se mantienen fresca en verano y cálida en invierno sin necesidad de calefacción ni refrigeración adicionales. Entre el interior y los muros de contención, una cavidad de aire regulable permite controlar la ventilación y humedad, complementada por un doble techo curvado que maximiza el aislamiento. Esta combinación permite que la casa no dependa de sistemas de climatización. Esta casa es un ejemplo de cómo el diseño y la innovación técnica pueden crear espacios únicos con presupuestos moderados. A través de su enfoque sostenible, el proyecto demuestra cómo la arquitectura artesanal y responsable puede integrarse armoniosamente en el paisaje. La casa del Acantilado es ademas una excelente inversión. Tiene un negocio de alquiler turisticó perfectamente gestionado y tiene una rentabilidad muy alta.
